martes, 19 de julio de 2011

EPÍLOGO. EN GALILEA. LA MISIÓN UNIVERSAL. Mt 28,16-20.

(Mc 16,14-18; Lc 24,36-39; Jn 20,19-23; Hch 1,9-11)

16Los once discípulos fueron a Galilea al monte donde Jesús los había citado. 17 Al verlo se postraron ante él, los mismos que habían dudado. 18Jesús se acercó y les habló así:
-Se me ha dado plena autoridad en el cielo y en la tierra. 19Id y haced discípulos de todas las naciones bautizadlos rara vincularlos al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo 20 y ensenadles a guardar todo lo que os mandé; mirad que yo estoy con vosotros cada día, hasta el fin de esta edad.

EXPLICACIÓN.


16-20. Los once discípulos (cf. 10,1); falta uno, judas el traidor, representante del Israel histórico que ha pedido la muerte de Jesús. El Israel mesiánico se forma sin integrar al antiguo pueblo como tal. Habían dudado (16), como Pedro (cf. 14,21), el escándalo de la cruz. En su vida mortal, «el Hombre» tenía autoridad «en la tierra» (9,6); ahora (cf. 26,64) su autoridad es la del Padre mismo (18): plena condición divina. Misión universal (19), va a cumplirse la promesa hecha a Abrahán (Gn 17,4s; 22,18). Jerusalén, capital de Israel, queda atrás y no va a ser objeto de nueva misión (10,6; 15,24); Galilea abre el camino hacia los paganos. Primer medio para hacer discípulos: el bautismo, que vincula al Padre, fuente del Espíritu, al Hijo, de quien se recibe, y al Espíritu mismo, que potencia al hombre, completa su ser y lo pone en la línea del "Hombre» (cf. 3,16). Segundo medio, la instrucción o enseñanza sobre la práctica del mensaje. Cuanto os mandé, alusión a los «mandamientos mínimos» (5,19), las bienaventuranzas. Los que enseñan esto han de practicarlo (5,19). Promesa para la misión (20b). Así se cumplirá el contenido de su nombre, ¡ Emmanuel!: «Dios con nosotros».

SOBORNO DE LOS GUARDIAS. Mt 28,11-15.

11 Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad e informaron a los sumos sacerdotes de todo lo sucedido. 12Estos se reunieron con los senadores, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una suma considerable, 13 encargándoles:
-Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. 14y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros lo calmaremos y os sacaremos de apuros.
15Los soldados aceptaron el dinero y siguieron las instrucciones. Por eso corre esta versión entre los judíos hasta el día de hoy.
EXPLICACIÓN.
11-15. Mt subraya de nuevo la mala fe de los dirigentes judíos (cf. 27,3ss). Reunión de los jefes saduceos para tratar de Contrarrestar los hechos; éstos no les interesan, les preocupa sólo su repercusión en el pueblo. Se adivina la ofensiva de las comunidades judías contra la primitiva predicación cristiana.

RESURRECCIÓN. Mt 28,1-10.

(Mc 16,1-8; Lc 24,1-12; Jn 20,1-10)

28 1 Pasado el sábado, al clarear el primer día de la semana, María Magdalena y la otra María fueron a ver el sepulcro. 2De pronto la tierra tembló violentamente, porque el ángel del Señor bajó del cielo y se acercó, corrió la losa y se sentó encima. 3Tenía aspecto de relámpago y su vestido era blanco como la nieve. 4Los centinelas temblaron de miedo y se quedaron como muertos.
5El ángel habló a las mujeres:
-Vosotras, no tengáis miedo. Ya sé que buscáis a Jesús el crucificado; 6 no está aquí, ha resucitado, como tenía dicho. Venid a ver el sitio donde yacía, 7 y después id aprisa a decir a sus discípulos que ha resucitado de la muerte y que va delante de ellos a Galilea; allí lo verán.
Esto es todo.
8Con miedo, pero con mucha alegría, se marcharon a toda prisa del sepulcro y corrieron a anunciárselo a los discípulos. 9De pronto Jesús les salió al encuentro y les saludó diciendo:
                -¡Alegraos!       
Ellas se acercaron y se postraron abrazándole los pies.
10Jesús les dijo:
-No tengáis miedo; id a avisar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.

EXPLICACIÓN.


1-10. El primer día de la semana alude al primer día de la creación (Gn 1,5). Comienza el mundo nuevo. Las dos mujeres habían sido testigos de la sepultura (27,61). El temblor de tierra, señal de la teofanía (27,51). La muerte y la resurrección de Jesús, dos aspectos de la misma manifestación divina. El ángel del Señor (cf. 1,20; 2,13.19), revestido de la gloria divina (color blanco) quita la separación entre el mundo de los vivos y el de los muertos (cf. 22,32) (2-3). Se inutiliza la vigilancia de los guardias (4). Las mujeres creen que Jesús está definitivamente muerto (crucificado) (5). Noticia y encargo del ángel: cita en Galilea (6s; cf. 26,32). El miedo, mezclado con alegría. Encuentro con Jesús; les quita el temor. Mis hermanos, los que poseen el mismo Espíritu (8-10).

LA GUARDIA EN EL SEPULCRO. Mt 27,62-66.

62 A la mañana siguiente, pasado el día de la Preparación, los sumos sacerdotes y los fariseos acudieron en grupo a Pilato 63 y le dijeron:
-Señor, nos hemos acordado de que aquel impostor, estando en vida, anunció: «A los tres días resucitaré». 64Por eso manda que vigilen el sepulcro hasta el tercer día, no sea que vayan sus discípulos, roben el cuerpo y digan al pueblo que ha resucitado de la muerte. La última impostura sería peor que la primera.
65Pilato contestó:
-Tomad una guardia; id y asegurad la vigilancia como ya sabéis.
 66Ellos fueron, sellaron la losa, y con la guardia aseguraron la vigilancia del sepulcro.

EXPLICACIÓN.


62-66. La preocupación de los dirigentes prevalece sobre la solemnidad de la fiesta (62). Su mala conciencia los hace estar intranquilos por las predicciones de Jesús. El sello quiere garantizar que Jesús no sale de La muerte (66).

SEPULTURA. Mt 27,57-61.

(Mc 15,42-47; Lc 23,50-56; Jn 19,38-42)

57 Caída la tarde llegó un hombre rico de Arimatea, de nombre  José, que también había sido discípulo de Jesús. 58Fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo y Pilato mandó que se lo entregaran.
59José se llevó el cuerpo de Jesús y lo envolvió en una sábana limpia; 60después lo puso en el sepulcro nuevo excavado para él mismo en la roca, rodó una losa grande a la entrada del sepulcro y se marchó. 61Estaban allí María Magdalena, y la otra María, sentadas frente al sepulcro.

EXPLICACIÓN.


57-61. Caída la tarde, la hora de la cena (26,20); el cuerpo que va a ser sepultado es el que ofrecía a sus discípulos (26,26). José, hombre rico y discípulo: aunque aceptara el mensaje de Jesús, no lo había llevado a la práctica (rico) (cf. 19,21.23.24), edificaba sobre arena (7,26; cf. 5,3; 6 19-21.24). Cierra el sepulcro con la losa; para él, todo ha terminado.

CRUCIFIXIÓN Y MUERTE II. Mt 27,45-56.

45Desde el mediodía hasta la media tarde toda la tierra estuvo en tinieblas. 46A media tarde gritó Jesús muy fuerte: Elí, Elí, lemá sabaktani. (Es decir: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? [Sal 22,2]).
47 Al oído, algunos de los que estaban allí decían:
-A Elías llama éste.
48Inmediatamente uno de ellos fue corriendo a coger una esponja, la empapó de vinagre y, sujetándola a una caña, le dio de beber (Sal 69,22). 49 Los demás decían:
-Déjalo, a ver si viene Elías a salvarlo.
50Jesús dio otro fuerte grito y exhaló el espíritu.
51 Entonces la cortina del santuario se rasgó en dos, de arriba a abajo; la tierra tembló, las rocas se rajaron, 52 las tumbas se abrieron y muchos cuerpos de santos que habían muerto resucitaron;  53después que él resucitó, salieron de las tumbas, entraron en la ciudad santa y se aparecieron a muchos.
54El centurión y los soldados que con él custodiaban a Jesús, viendo el terremoto y todo lo que pasaba, dijeron aterrados:
-Verdaderamente éste era Hijo de Dios.
55Estaban allí mirando desde lejos muchas mujeres que habían seguido a Jesús desde Galilea para asistirlo, 56entre ellas María Magdalena, María la madre de Santiago y José, y la madre de los Zebedeos.

EXPLICACIÓN.


45-56. Las tres horas de tinieblas (45) recuerdan los tres días de tinieblas sobre la tierra de Egipto (Éx 10,21s): éxodo liberador para la humanidad entera; al mismo tiempo, juicio de Dios, (cf. Am 8,9s; Jr 15,8s). La tiniebla anuncia la llegada del Hombre (26,64; cf 24,29) (45). El grito de Jesús continúa la angustia de Getsemaní (26,38), por la ineficacia de su muerte para Israel (46). Interpretación equivocada o irónica del grito de Jesús (47-49). Ven en él la confesión de su fracaso y el deseo de ser liberado de la muerte. El odio de Israel lo acompaña hasta el último momento (vinagre, Sal 69,22). El grito (voz) estentóreo (50) al exhalar el Espíritu es de victoria, anuncia la efusión del Espíritu, del que había sido portador (50). La teofanía: la cortina del santuario es la misma humanidad de Jesús (nuevo santuario, cf. 26,51): la divinidad se manifiesta en Jesús. De arriba abajo, en la cruz se revelan como una sola cosa el Padre del cielo (arriba) y Jesús, el Dios con nosotros (abajo, cf. 1,23). Debilidad (muerte en cruz) y fuerza (el Espíritu), El papel de los templos ha terminado. El temblor de tierra es consecuencia de la teofanía (cf. Éx 19,18; Sal 96,9.13s; 97,4). Con la efusión del Espíritu comienza el reinado de Dios (Sal 96,13s). Las rocas se rajaron: a partir de la muerte de Jesús no existe para los hombres más fundamento sólido para construirse que Jesús mismo y su palabra (7,24). La resurrección de muchos santos (Dn 12,2) (52) indica la llegada de los tiempos mesiánicos; no son personajes del AT (cf. 13,17), sino santificados por el Espíritu, que han recibido por seguir a Jesús. La ciudad santa no se refiere ya a Jerusalén (4,5), ciudad asesina (23,37-39), sino a la consagrada por el Espíritu, la comunidad cristiana (cf. 5,14), que adquiere la certeza de su propia resurrección (16,18).

El centurión y los soldados (54): el paganismo. Terror (cf. 17,6). La cruz es la revelación de Dios a los paganos. Las mujeres (SS-56), desde lejos, como Pedro, seguían a Jesús (26,58): desconcierto y duda. La madre de los Zebedeos, que manifestó la ambición de gloria y poder (20,20s), no estará presente en la sepultura ni será testigo de la resurrección (27,61; 28,1).

D. MUERTE Y RESURRECCIÓN. Crucifixión y muerte. Mt 27,33-44.

(Mc 15,22-41; Lc 23,27-49; Jn 19,17-30) 

33Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiera decir «La Calavera»), 34 le dieron a beber vino mezclado con hiel (Sal 69,22); él lo probó, pero no quiso beberlo. 35Después de crucificarlo se repartieron su ropa echándola a suerte (Sal 22,19) 36 y luego se sentaron allí a custodiarlo.
37Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación:
ESTE ES JESUS, EL REY DE LOS JUDÍOS
38Crucificaron entonces con él a dos bandidos, uno a la derecha y el otro a la izquierda.
39Los que pasaban lo injuriaban, y decían, meneando la cabeza:
40-¡Tú que echabas abajo el santuario y lo reconstruías en tres días! Si eres Hijo de Dios, sálvate y baja de la cruz.
41 Así también los sumos sacerdotes, en compañía de los letrados y los senadores, bromeaban:
42 -Ha salvado a otros y él no se puede salvar. ¡Rey de Israel! Que baje ahora de la cruz y creeremos en él. 43¡Había puesto en Dios su confianza! Si de verdad lo quiere Dios, que lo libre (Sal 22,9) ahora, ¿no decía que era Hijo de Dios?
44Hasta los bandidos que estaban crucificados con él lo insultaban.

EXPLICACIÓN.


33-44. Lugar de la ejecución (33). El vino con hiel, otra muestra de odio (cf. Sal 69,21s). Reparto de la ropa (Sal 22,19). El letrero reproduce la acusación formulada por Pilato (27,11). La frase está construida en paralelo con la del bautismo y la transfiguración: Éste es mi Hijo (3,17; 17,5): el rey-Mesías designado por Dios. No el Mesías triunfador y guerrero, sino el Hombre que da su vida para liberar a todos los hombres (20,28). Bandidos (38), apelativo de los nacionalistas fanáticos. Los ultrajes (39-44): Primer grupo, la gente del pueblo (39-40) repite la acusación formulada en el juicio ante Caifás (26,61): Jesús, un peligro para la institución. La prueba de ser Hijo de Dios (cf. 4,3.6) sería librarse de la muerte; no conciben que Jesús dé su vida voluntariamente. Segundo grupo, los dirigentes (41-43). También ellos le echan en cara su impotencia; para ellos, la razón se muestra con la fuerza. Le piden el milagro (12,38). Con palabras del Salmo 22 se burlan de su confianza en Dios. Ellos han vencido, luego Dios está con ellos; descrédito del verdadero Dios (cf. 26,38). Tercer grupo, los compañeros de suplicio (44). Nadie comprende el sentido de su muerte, ven en ella la derrota.

LA BURLA DE LOS SOLDADOS. Mt 27,27-32.

 (Mc 15,16-21; Lc 23,26; Jn 19,2-3)  

27 A continuación, los soldados del gobernador llevaron a Jesús a la residencia y reunieron alrededor de él a toda la compañía. 28Lo desnudaron y le echaron encima un manto escarlata; 29 después trenzaron una corona de espino, se la pusieron en la cabeza y en la mano derecha una caña. Doblando la rodilla ante él, le decían de burla:
-¡Salud, rey de los judíos!
30Le escupieron, le quitaron la caña y se pusieron a pegarle en la cabeza. 31Terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y se lo llevaron para crucificarlo.
32 Al salir encontraron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón y lo forzaron a llevar su cruz.
EXPLICACIÓN.
27-32. Los soldados ridiculizan en Jesús la esperanza mesiánica de Israel. De hecho éste ha rechazado al Mesías liberador: no le queda más que la esclavitud (27-31). Mientras  Simón Pedro ha renegado de Jesús (26,6 -75), Simón Cirineo carga con su cruz (32), según las condiciones de seguimiento (16,24). Cada uno de ellos corresponde a uno de casos expuestos en 7,24-27.

CONDENA A MUERTE. Mt 27,15-26.

(Mc 15,6-15; Lc 23,17-23; Jn 18,39-40)

15Por la Fiesta acostumbraba el gobernador a soltar un preso, el que la multitud quisiera. l6Tenía entonces un preso famoso, Jesús Barrabás. Cuando se congregó la gente, 17les preguntó Pilato:
 -¿A quién queréis que os suelte, a Jesús Barrabás o a Jesús a quien llaman el Mesías?
18Porque sabía que se lo habían entregado por envidia.
19Mientras estaba sentado en el tribunal, su mujer le mandó recado:
-Deja en paz a ese justo, que esta noche he sufrido mucho en sueños por causa suya.
20 A pesar de todo, los sumos sacerdotes y los senadores convencieron a las multitudes de que pidieran a Barrabás y muriese Jesús.
21 El gobernador tomó la palabra:
-¿A cuál de los dos queréis que os suelte?
Contestaron ellos:
-A Barrabás.
22Pilato les preguntó: 
-¿Y  qué hago con Jesús, a quien llaman el Mesías?
Contestaron todos:
-¡Que lo crucifiquen!
23Pilato repuso:
-Pero ¿qué ha hecho de malo?
Ellos gritaban más y más.
-¡Que lo crucifiquen!
24Al ver Pilato que todo era inútil y que, al contrario, se estaba formando un tumulto, pidió agua y se lavó las manos cara a la gente, diciendo:
-Soy inocente de esta sangre. ¡Allá vosotros!
25El pueblo entero contestó:
-¡Nosotros y nuestros  hijos respondemos de su sangre! 
26Entonces les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de mandarlo azotar, lo entregó para que lo crucificaran.

EXPLICACIÓN.


15-26. Propuesta de Pilato para poner en libertad a Jesús (16-18). Contraste entre los nombres (17). Los dirigentes judíos ven en Jesús un rival (18). Ante la traición de Israel, Dios habla al paganismo (19). Las multitudes que nunca habían dado plena adhesión a Jesús, manipuladas por los dirigentes (cf. 12,43-45); arrastradas por ellos, van a ser cómplices en el asesinato del Mesías (21,39) y van a perder el reinado de Dios (21,43). Se ponen del lado de sus opresores; renuncian a toda esperanza de liberación (20-23). El juez cede a la presión y comete la injusticia. El pueblo asume la responsabilidad de la muerte de Jesús (cf. Lv 20,9; Jos 2,19) (24-26).

ANTE PILATO. LA ACUSACIÓN. Mt 27,11-14.

(Mc 15,2-5; Lc 23,2-5.9-10; Jn 18,33-38)

11Jesús compareció ante el gobernador, y el gobernador lo interrogó:

-¿Tú eres el rey de los judíos? 
Jesús declaró:
-Tú lo estás diciendo:

12Mientras duró la acusación de los sumos sacerdotes y senadores no replicó nada. 13Entonces le preguntó Pilato: 
-¿No oyes cuántos cargos presentan contra ti?
14No le contestó a una sola pregunta, de suerte que el  gobernador estaba sumamente extrañado.

EXPLICACIÓN.
11-14. El gobernador está al tanto de la acusación, distinta de la de blasfemia propuesta en el tribunal judío (26,65). El rey de los judíos, cf. 2,2. El silencio de Jesús domina la escena. Expresa su ruptura con la institución judía y la aceptación de su muerte.

SUICIDIO DE JUDAS. Mt 27,3-10.

(Hch 1,18-19)

3 Al ver Judas, el traidor, que habían condenado a Jesús, sintió remordimientos y devolvió las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y senadores, diciéndoles:

-He pecado, entregando a la muerte a un inocente. 
Ellos le contestaron:
-Y a nosotros, ¿qué? ¡Allá tú!
5Entonces arrojó las monedas hacia el santuario y se marchó; luego fue y se ahorcó.    
6Los sumos sacerdotes recogieron las monedas y dijeron:
-No está permitido echarlas en el tesoro, porque son precio de sangre.
7Y después de llegar a un acuerdo, compraron con ellas el Campo del Alfarero, para cementerio de forasteros. 8Por eso aquel campo se llama todavía hoy «Campo de Sangre». 9Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías: « Tomaron las treinta monedas de plata, el precio de uno que fue tasado según la tasa de los hijos de Israel, 10y pagaron con ellas el Campo del Alfarero, como me lo había mandado el Señor».

EXPLICACIÓN.

3-10. Remordimiento de Judas. Treinta monedas de plata (26,14-16). La retractación del delator debía poner en cuestión el juicio celebrado antes. Los dirigentes no hacen caso (4), van a llevar adelante el proceso de Jesús. Judas ha sido sólo un instrumento. Su gesto es una 
denuncia. Ejecuta en sí mismo la sentencia (5; cf. 2 Sm 17,23). Los sumos sacerdotes, minuciosos observantes de la Ley (Dt 23,18). El texto citado es de Zac 11,13. Mt lo atribuye a Jeremías (cf. Jr 18,2s; 32,7-9) para ponerlo en paralelo con 2,18: Judas, que representa el pueblo infiel a Dios y al Mesías, corresponde a los hijos de Raquel cuya muerte provoca el amargo lamento.

LO LLEVAN A PILATO. Mt 27,1-2.

27 1 Al amanecer, todos los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo llegaron a un acuerdo para condenar a muerte a Jesús y, 2atándolo, lo condujeron a Pilato, el gobernador, y se lo entregaron.

EXPLICACIÓN.
1-2. La sesión de la mañana ratifica la sentencia. Para ejecutarla, lo llevan a Pilato.

NEGACIONES DE PEDRO. Mt 26,69-75.

(Mc 14,66-72; Lc 22,56-62; Jn 18,15-18.25-27)

69Pedro estaba sentado fuera, en el patio; se le acercó una criada y le dijo:
-También, tú andabas con Jesús el Galileo.
Él lo negó delante de todos, diciendo:
-¡No sé de qué hablas!
71 Al salir al portal lo vio otra y dijo a los que estaban allí:
-Éste andaba con Jesús Nazareno.
72Otra vez lo negó, jurándolo:
-No sé quién es ese hombre.
73 Al poco rato se le acercaron los que estaban allí y le dijeron:
-Tú también eres de ellos, seguro; se te nota en el habla.
74Entoces Pedro se puso a echar maldiciones y a jurar:
-¡No sé quién es ese hombre!
Y enseguida cantó un gallo. 75Pedro se acordó de las palabras de Jesús: «Antes que cante el gallo renegarás de mí tres veces». Y saliendo fuera, lloró amargamente.

EXPLICACIÓN


69-75. También Pedro es acusado. Negación pública delante de todos (70). Rechazo total: no sé quién es ese hombre (cf. 25,12) (72). Acosado, refuerza su negación con maldiciones y juramentos. Abandona el palacio y con él la institución judía y su ideología mesiánica. Llanto de arrepentimiento (75).

ANTE EL CONSEJO. Mt 26,57-68.

(Mc 14,53-65; Lc 22,54-55.63-71; Jn 18,12-14.19-24)

57 Los que detuvieron a Jesús lo condujeron a casa de Caifás el sumo sacerdote, donde se habían congregado los letrados y los senadores. 58 Pedro lo fue siguiendo de lejos hasta el palacio del sumo Sacerdote, entró dentro y se sentó con los guardias para ver el fin.
59Los sumos sacerdotes y el Consejo en pleno buscaban un falso testimonio contra Jesús para condenarlo a muerte, 60 pero no lo encontraban a pesar de los muchos falsos testigos que comparecían. Finalmente comparecieron dos 61 que declararon:
-Este ha dicho que puede echar abajo el santuario de Dios y reconstruirlo en tres días.
62El sumo sacerdote se puso en pie y le preguntó:
-¿No tienes nada que responder? ¿Qué significan estos cargos en contra tuya?
63Jesús siguió callado. El sumo sacerdote le dijo entonces:
-Te conjuro por el Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios.
64Jesús le respondió:
-Tú lo has dicho: pero además os digo esto: Desde ahora vais a ver al Hombre sentado a la derecha de la Potencia (Sal 110, 1) Y llegar sobre las nubes del cielo (Dn 7,13).
65El sumo sacerdote se rasgó las vestiduras diciendo:
-Ha blasfemado, ¿qué falta hacen más testigos? Acabáis de oír la blasfemia, 66 ¿qué decidís?
Contestaron ellos:
-Pena de muerte.
67Entonces le escupieron a la cara y lo golpearon, otros le daban bofetadas, 68diciendo: -Adivina, Mesías, ¿quién te ha pegado?

EXPLICACIÓN.


57-68. Los letrados, aliados de los sacerdotes (57). Pedro no lo sigue como discípulo (de lejos). Espera que algo imprevisto impida la muerte de Jesús (58). Ninguna acusación real, buscan falsos testimonios (59s). Jesús había predicho la destrucción del templo (21,13; 24,2), pero no por obra suya. Pregunta del sumo sacerdote (cf. 16,16). Respuesta afirmativa de Jesús, precisando la identidad entre el Mesías y el Hombre y la consecuencia de su rechazo. Dios está con él y en contra de ellos y de la institución que representan. La llegada que va a ver se verificará en la destrucción de Jerusalén y del templo (21,41; 22,7) (64). Acusación de blasfemia y pena de muerte (64; cf. 65-66). El odio acumulado se desata en ultrajes (67-68).

EL PRENDIMIENTO. Mt 26,47-56.

(Mc 14,43-50; Lc 22,47-53; Jn 18,3-12) 

47 Aún estaba hablando cuando de pronto llegó Judas, uno de los Doce, y, con él, una gran multitud con machetes y palos, mandada por los sumos sacerdotes y los senadores del pueblo. 48El traidor les había dado por seña:
-El que yo bese, ése es; detenedlo.
49Se acercó en seguida a Jesús y le dijo:
-¡Salud, Rabbí!
Y lo besó con insistencia. 50Pero Jesús le contestó:
      -¡Amigo, a lo que has venido!  
Entonces se acercaron a Jesús, le echaron mano y lo detuvieron. 51Uno de los que estaban con él tiró de machete y de un tajo le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote.
52Jesús le dijo:
-Vuelve el machete a su sitio; que el que a hierro mata a hierro muere. 53 ¿Piensas que no puedo acudir a mi Padre? El pondría a mi lado ahora mismo más de doce legiones de ángeles. 54Pero, ¿cómo se cumpliría entonces la Escritura, que dice que esto tiene que pasar?
55En el momento aquel dijo Jesús a las multitudes:
-¡Con machetes y palos habéis salido a prenderme, como si fuera un bandido! A diario me sentaba en el templo a enseñar y no me detuvisteis.
56Todo esto ocurrió para que se cumpliera lo que escribieron los profetas. Entonces todos los discípulos lo abandonaron y huyeron.

EXPLICACIÓN.


47-56. Un traidor en el Israel mesiánico (uno de los Doce). La turba, enviada por los que se habían confabulado para dar muerte a Jesús (26,3). Rabbí, según las categorías judías con las que Judas no ha roto (49). Amigo, como en 20,13, el que trabaja por lucro, y 22,12, el que no llevaba el traje de fiesta (50). Jesús se entrega sin resistencia. Intento de usar la violencia para impedirlo (51): no comprenden el mesianismo de Jesús. En el siervo/representante del sumo sacerdote, quieren atacar al jefe de la institución (51). La violencia engendra violencia (52). Jesús ha renunciado a pedir la intervención divina (53). Jesús reprocha a la multitud su conducta con él (cf. 21,23) (55). Las profecías (56) del servidor de Dios (Is 52,13-53,12; cf. Mt 3,18). Fuga de los discípulos.

LA ORACIÓN EN EL HUERTO. Mt 26,36-46.

(Mc 14,34·42; Lc 22,39-46) 

36Entonces llegó Jesús con sus discípulos a un huerto que llamaban Getsemaní, y les dijo:
-Sentaos aquí, mientras yo me voy allí a orar.
37y llevándose a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, dejó ver su tristeza y su angustia. 38Entonces les dijo:
-Me muero de tristeza. Quedaos aquí y manteneos despiertos conmigo.
39 Adelantándose Un poco, cayó rostro en tierra y se puso a orar diciendo:
 -Padre mío, si es posible, que se aleje de mí ese trago. Sin embargo, no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.
 40Se acercó a los discípulos, los encontró dormidos y dijo a Pedro:
-¿Así que no habéis podido manteneros despiertos conmigo ni una hora? 41Manteneos despiertos y pedid no ceder a la tentación; el espíritu es animoso, pero la carne es débil.
42Se apartó por segunda vez y oró diciendo:
-Padre mío, si no es posible que yo deje de pasado, realícese tu designio.
43 Al volver los encontró otra vez dormidos, porque los ojos no se les mantenían abiertos. 4Los dejó, se alejó de nuevo y oró por tercera vez, repitiendo las mismas palabras. 45 Al final se acercó a los discípulos y les  dijo:
-¿Así que durmiendo y descansando? Mirad, está cerca el momento de que el Hombre sea entregado en manos de los pecadores. 46¡Levantaos, vamos! Está cerca el que me entrega. 

EXPLICACIÓN.


36-46. Segunda vez que Jesús ora (cf. 14,23). Reverso de la medalla de la transfiguración. Los mismos tres testigos (36s). Me muero de tristeza (38), cf. Sal 42,6, grito de dolor de un israelita cautivo al ver a su Dios menospreciado por los paganos porque no lo libera de! cautiverio. En paralelo, la angustia de Jesús: el Padre, si no lo salva de sus enemigos, será ultrajado. Los hombres esperan un Dios que muestre su potencia; si Jesús muere condenado, despreciarán al Dios de quien se fiaba (27,43.46). Los discípulos deben aceptar con él el aparente fracaso de esa muerte (38). La petición de Jesús, condicionada al designio divino (39). Sueño de los discípulos: falta de identificación con Jesús. Vencer la tentación del mesianismo triunfante (4,1-11). Alusión a las bravatas de Pedro (26,33-35) (40). Realícese tu designio, cf. 6,10. Ha llegado el momento, cf. 17,22s.

PRENDIMIENTO Y CONDENA. Predice las negaciones de Pedro. Mt 26,31-35.

(Mc 14,27-31; Lc 22,31-34; Jn 13,36-38)

31 Entonces Jesús les dijo:
-Esta misma noche vais a fallar todos a causa de mí, porque está escrito: « Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño» (Zac 13,11). 32Pero cuando resucite iré por delante de vosotros a Galilea.
33Le repuso Pedro:
-Aunque todos fallen a causa de ti, yo jamás fallaré.
      34Jesús le declaró:       
-Te aseguro que esta misma noche, antes de que el gallo cante, renegarás de mí tres veces.
35pedro le replicó:
-Aunque tenga que morir contigo, jamás renegaré de ti; y los demás discípulos dijeron lo mismo. 

EXPLICACIÓN.


31-,35. La defección, corno en la parábola del sembrador (13,21): los que no tienen raíces. Heriré al pastor, en sentido permisivo, «dejaré que hieran" (cf. 6,13). Nuevo anuncio de la resurrección (32). Galilea, región limítrofe con los pueblos paganos: allí han de reunirse los dispersos para comenzar la misión universal (cf. 28,16-20). Presunción de Pedro (33), a la que corresponderá un fallo mayor que el de los otros (23,12). Se reniega de Jesús cuando el discípulo no reniega de sí mismo (16,24), renunciando a toda ambición (34). Testarudez de Pedro; consigue que los demás no hagan caso a Jesús, sino a él (35).

B. LA PASCUA DE JESÚS. La preparación. Mt 26,17-30.

17El primer día de los Ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron:
- Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua? 18 Él contestó:
-Id a la ciudad, a casa de Fulano, y dadle este recado: «El Maestro dice que su momento está cerca y que va a celebrar la Pascua en tu casa con sus discípulos».
19Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la cena de Pascua. 

Anuncio de la traición (Mc 14,17-21; Lc 22,21-23; Jn 13,21-30)

20Caída la tarde se puso a la mesa con los Doce.
21Mientras comían, dijo:
-Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar.
22Ellos, consternados, empezaron a replicarle uno tras otro:
-¿Acaso soy yo, Señor?
23Respondió él:
-Uno que ha mojado en la misma fuente que yo me va a entregar. 24El Hombre se va, como está escrito de él; pero ¡ay de ese hombre que va a entregar al Hombre! Más le valdría a ese hombre no haber nacido.
25Entonces reaccionó Judas, el que lo iba a entregar, diciéndole:
-¿Acaso soy yo, Rabbí?
Respondió:
-Tú lo has dicho. 

La eucaristía (Mc 14,22-26; Lc 22,15-20; 1 Cor 11,23-25)

26Mientras comían, Jesús cogió un pan, pronunció una bendición y lo partió; luego lo dio a sus discípulos, diciendo:
-Tomad, comed: esto es mi cuerpo.
27y cogiendo una copa, pronunció una acción de gracias y se la pasó, diciendo:
-Bebed todos de ella, 28  pues esto es la sangre de la alianza mía, que se derrama por todos para el perdón de los pecados. 29 0s digo que desde ahora no beberé más de este producto de la vid hasta que llegue el día en que lo beba entre vosotros, nuevo, estando yo en el reino de mi Padre.
30y después de cantar salieron para el Monte de los Olivos. 

EXPLICACIÓN.

17-30. Tríptico. Los Ázimos, panes sin levadura que sustituían al pan ordinario durante el período pascual (Éx 12,14-20). Los discípulos recuerdan a Jesús que ha de ser celebrada la cena. Los manda a todos (Mc: dos) a dar el recado. Su momento es el de su muerte (17-19).

Los Doce (20) se identifican con los discípulos (v. 18). Anuncia la traición: tristeza e inseguridad (22). Mojar en la misma fuente, gesto de amistad e intimidad (23). Oposición entre el Hombre, el portador del Espíritu de Dios, y ese hombre, que carece de él (cf. 17,22s). Al entregar al Hombre a la muerte, judas anula en sí mismo todo valor humano, renuncia para siempre a su plenitud de hombre. Más le valdría no haber nacido (24). Sin reproche alguno, Jesús identifica al traidor: último esfuerzo para que recapacite (25).


Cuerpo (26), la persona en cuanto identificable y activa; sangre (27), símbolo de la muerte violenta, denotaba también a la persona en cuanto entregada a la muerte. Pan, alimento, indispensable para la vida; símbolo de la Ley. Para el discípulo, la norma de vida es Jesús mismo, su persona y su actividad. La invitación a comer el pan (26) es una invitación al seguimiento. Simboliza Jesús su entrega a ellos por amor; ellos, a su vez, deberán entregarse a todos en el pan que repartan (14,19; 15,36). La copa (27), símbolo de la pasión y muerte (20,22). La alianza mía, Jesús toma el puesto que tenía Dios en la antigua alianza (cf. 16,18: «La comunidad mía/mi comunidad". Invita a beber de la copa, a asimilarse a su entrega (16,24; 26,7). Derramar (28) se dice del Espíritu al 3,1s): quien bebe de la copa, comprometiéndose a una calidad de amor como el de Jesús, recibe el Espíritu. No dice Mt que coman el pan ni beban de la copa: la decisión deberán hacerla ante el hecho de la cruz. Vino nuevo (29, cf. 9,17), amor nuevo: no ya el que se exigía a Israel, (22,39), sino el servicio a los hombres hasta dar la vida (20,28). Podrá beberlo a partir de su muerte, por la que entrará en el reino del Padre (cf. 13,43); serán los discípulos los que produzcan el nuevo fruto de la vid (21,41).


VI. PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN. A. PLAN PARA MATAR A JESÚS. Mt 26,1-16.

26 1Cuando acabó este discurso, dijo Jesús a sus discípulos:
2-Como sabéis, dentro de dos días se celebra la Pascua, y entregarán al Hombre para que lo crucifiquen.
3Entonces se congregaron los sumos sacerdotes y los senadores del, pueblo en el palacio del sumo sacerdote, que se llamaba Caifás, 4y decidieron prender a Jesús a traición y darle muerte, 5 aunque dijeron:
-Durante las, fiestas no, que podría armarse un tumulto en el pueblo.

La unción en Betania  (Mc 14,3-6; Jn 12,1-8)

6 Estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, 7 se le acercó una mujer llevando un frasco de perfume de mucho precio y se lo derramó en la cabeza a Jesús, que estaba reclinado a la mesa.
8 Al ver aquello, los discípulos dijeron indignados:
-¿Para qué malgastarlo así? 9 Podía haberse vendido por mucho y habérselo dado a los pobres.
10 Jesús se dio cuenta y les dijo:
-¿Por qué molestáis a esta mujer? Está muy bien lo que ha hecho conmigo; 11 a esos pobres los tenéis siempre entre vosotros; en cambio, a mí no me vais a tener siempre. 12Cuando ella derramaba el perfume sobre mi cuerpo, me estaba preparando rara la sepultura. l3 0s aseguro que en cualquier parte de mundo donde se proclame esta buena noticia, se recordará también en su honor lo que ha hecho ella.

Judas vende a Jesús  (Mc 14,10-11; Lc 22,3-6)

14Entonces uno de los Doce, Judas Iscariote, fue a ver a los sumos sacerdotes 15y les propuso:
-¿Cuánto estáis dispuestos a darme si os lo entrego?
Ellos quedaron en darle treinta monedas de plata (Zac 11,12). 16Desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo.

EXPLICACIÓN.

1-16. Tríptico. Jesús conecta la Pascua con su muerte, insinuando ser él el Cordero pascual (2). Con esta declaración abierta contrasta el conciliábulo de las autoridades (3s), que quieren Imponer al pueblo el hecho consumado (21,38) (5).


El perfume, símbolo del amor (Cant 1,12) (7). La mujer representa a los que dan plena Adhesión a Jesús y, en respuesta a su muerte, están dispuestos a entregarse hasta el fin (derramar el perfume). Actitud de los discípulos (cf. 16,22; 17,23; 20,21s) (8). Oponen la ayuda  los pobres a la identificación con Jesús; ven la solución en el dinero, no en la entrega por amor (9). La adhesión manifestada por la mujer es parte del mensaje (13). Judas pide dinero por entregar a Jesús (14s); no ha hecho la opción por la pobreza (5,3; 6,24). Treinta monedas de plata, precio de un esclavo (Zac 11,12; Éx 21,32).

EL JUICIO DE LAS NACIONES. Mt 25,31-46.

31Cuando el Hombre llegue en su gloria acompañado de todos sus ángeles, se sentará en su trono real y reunirán  ante él a todas las naciones. El separara a unos de otros, como un pastor separa las ovejas de las cabras, 33y pondrá a las ovejas a su derecha y a las cabras a su izquierda. 34Entonces dirá el rey a los de su derecha:
-Venid, benditos de mi Padre; heredad el reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. 35Porque, tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me recogisteis, 36estuve desnudo y me vestisteis, enfermo y me visitasteis, estuve en la cárcel y fuisteis a verme.
37Entonces los justos replicarán:
-Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te dimos de comer o con sed y te dimos de beber? 38 ¿Cuándo llegaste como forastero y te recogimos o desnudo y te vestimos? 39 ¿Cuándo estuviste enfermo o en la cárcel y fuimos a verte?
40Y el rey les contestará:
-Os lo aseguro: Cada vez que lo hicisteis con uno de esos hermanos míos tan insignificantes lo hicisteis conmigo.
41Después dirá a los de su izquierda:
-Apartaos de mí, malditos, id al fuego perenne preparado para el diablo y sus ángeles. 42Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, 43fui forastero y no me recogisteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis.
44Entonces también éstos replicarán:
-Señor, ¿cuándo te vimos con hambre o con sed, o forastero o desnudo, o enfermo o en la cárcel y no te asistimos?
45y él les contestará:
-Os lo aseguro: Cada vez que dejasteis de hacerla con uno de ésos tan insignificantes dejasteis de hacerla conmigo.
46Éstos irán al castigo definitivo y los justos a la vida definitiva.

EXPLICACIÓN.


31-46. Escena complementaria de «la llegada» descrita en 24,30s. Allí, como salvación para los suyos; aquí se explica la suerte de los paganos (24,30: todas las tribus de la" tierra; 25,32: todas las naciones); en ambos casos, llegada del Hombre acompañado de sus ángeles. Época histórica después de la destrucción de Jerusalén (24,29). No juicio de los judíos- (19,28), sino únicamente de los paganos. El rey, época del reinado del Hombre (13,41), que se inaugura con la destrucción de Jerusalén (16,28) y dura hasta el fin de esta edad. La suerte de los paganos depende de cuál haya sido su actitud con los más desvalidos (34-36), con quienes se identifica Jesús (40). Se formulan así para los paganos las condiciones para obtener la vida definitiva, como antes para los judíos (19,16-19). El castigo definitivo es la muerte para siempre (46).

sábado, 16 de julio de 2011

PARÁBOLA DE LOS TALENTOS. Mt 25,14-30.

 14Es como un hombre que, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: 15 a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, según sus capacidades; luego se marchó.
16El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar. Con ellos y ganó otros cinco; 17 el que recibió dos hizo lo   mismo y ganó otros dos; 18 en cambio, el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.
19 Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a saldar cuentas con ellos. 20Se acercó al que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo:
-Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado  otros cinco.
     21Su señor le respondió:
-¡Muy bien, empleado bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de mucho; pasa a la fiesta de tu señor.
  22Se acercó luego el que había recibido dos talentos, y dijo:
-Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos.
23Su señor le respondió:
   -¡Muy bien, empleado bueno y fiel! Has sido fiel en lo poco, te pondré al frente de mucho; pasa a la fiesta de tu Señor.
 24Finalmente se acercó al que había recibido un talento y dijo:
-Señor, supe que eres hombre duro, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; 25 Me asusté y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo.
26El señor le replicó:
-¡Empleado malvado y holgazán! ¿Sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? 2 Pues entonces debías haber puesto mi dinero en el banco, para que al volver yo pudiera recobrar lo mío con los intereses.
28Quitadle el talento de plata y dádselo al que tiene diez; 29 porque al que produce se le dará hasta que le sobre, mientras al que no produce se le quitará hasta lo que había recibido, 30y a ese empleado inútil, echadlo fuera, a las tinieblas: allá será el llanto y el rechinar de dientes.

EXPLICACIÓN.

14-30. Vuelve a inculcar el sentido de responsabilidad: hay que poner a la obra los dones recibidos. La pusilanimidad y el miedo al riesgo, que nacen de un falso concepto del Señor (25), son intolerables; cf. 13,12.

PARÁBOLA DE LAS DIEZ MUCHACHAS. Mt 25,1-13.

25 1 Entonces se parecerá el reino de Dios a diez muchachas que cogieron sus candiles y salieron a recibir al no vio. 2Cinco eran necias y cinco sensatas. 3Las necias, al coger los candiles, se dejaron el aceite; "las sensatas, en cambio, llevaron alcuzas de aceite además de los candiles.
5Como el novio tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. 6 A medianoche se oyó gritar:
 -¡Que llega el novio, salid a recibirlo!
7 Se despertaron todas y se pusieron a despabilar los candiles. 8 Las necias dijeron a las sensatas:
   -Dadnos de vuestro aceite, que los candiles se nos apagan.
9pero las sensatas contestaron:
-Por si acaso no hay bastante para todas, mejor es que vayáis a la tienda a comprarlo.
10 Mientras iban a comprar o legó el novio: las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. 11Cuando por fin llegaron las otras muchachas, se pusieron a llamar:
-Señor, señor, ábrenos.
12 Pero él respondió:
-Os aseguro que no sé quiénes sois.                          
13Por tanto, manteneos despiertos, que no sabéis el día ni la hora.

EXPLICACIÓN.

1 - 13. La muerte, en sí misma, nada de terrible ni de decisivo corona la vida que se ha llevado (13: «manteneos despiertos», cf. 13,42ss). Necias, sensatas: alusión a la parábola de las dos casas (7,24-27). Responsabilidad personal.

RESPONSABILIDAD DE LOS DISCÍPULOS. Mt 24,45-51.


             45 ¿Dónde está ese siervo fiel, y sensato, encargado por el señor de dar a su servidumbre la comida a sus horas?
                          46 Dichoso el tal siervo si el señor, al llegar, lo encuentra cumpliendo con su obligación.
                  47 Os aseguro que le con fiará la administración de todos sus bienes.
                   48 Pero si el canalla del siervo, pensando que su señor tardará,
                   49 empieza  a maltratar a sus compañeros y a comer y beber con los borrachos,
                   50 el día que menos se lo espera y a la hora que no ha previsto, llegará el señor
             51y cortará con él, asignándole la suerte de los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes.

EXPLICACIÓN.

45-51. Actitud de servicio mutuo en la comunidad. La responsabilidad confiada por Jesús es continua. La actitud que se tenga en el momento de la llegada (momento de la prueba y persecución) será fruto de la que se ha tenido durante la vida.

domingo, 3 de julio de 2011

C. FUERA DEL TEMPLO. Mt 24,1-44.

PREDICCIÓN DE LA RUINA DEL TEMPLO.
24        1 Jesús salió del templo; mientras iba de camino se le acercaron sus discípulos y le señalaron los edificios del templo,
2 pero él les repuso:
                        - ¿Veis todo eso, verdad? Os aseguro que no dejarán ahí piedra sobre piedra que no derriben.

PREGUNTA DE LOS DISCÍPULOS.

                        3 Estando él sentado en el Monte de los Olivos, se le acercaron los discípulos y le preguntaron aparte:
                        - Dinos cuándo va a ocurrir eso y cuál será la señal de tu venida y del fin de esta edad.

RESPUESTA DE JESÚS.
LA CAÍDA DE JERUSALÉN NO ANUNCIA LA RESTAURACIÓN, DARÁ COMIENZO AL PROCESO LIBERADOR.

                        4 Jesús les contestó:
                        5 -¡Cuidado con que nadie os engañe! Porque llegarán muchos diciendo en nombre mío: "Yo soy el Mesías", y engañarán a muchos.
                        6 - Vais a oír estruendo de batallas y noticias de batallas; mirad, no os excitéis, que eso tiene que suceder, pero todavía no es el fin.
                        7 Porque se alzará nación contra nación y reino contra reino, habrá hambre y terremotos en diversos lugares,
8 pero todo eso es el principio de los dolores.

LA MISIÓN: PERSECUCIÓN Y FIDELIDAD.

                        9 Entonces os entregarán al suplicio y os matarán, por mi causa os odiarán todos los pueblos;
10 entonces fallarán muchos, y se delatarán y se odiarán unos a otros.
                        11 Surgirán muchos profetas falsos y extraviarán a muchos;
12 al crecer la iniquidad, se enfriará el amor de la mayoría,
13 pero el que resista hasta el fin, ése se salvará.
                        14 Y la buena noticia del Reino se proclamará en el mundo entero, como prueba contra todos los pueblos. Entonces llegará el fin.

LA RUINA DE JERUSALÉN: NO HABRÁ SEÑAL SALVADORA.

                         15 Cuando veáis que está en el lugar santo el execrable devastador que anunció el profeta Daniel -téngalo presente el lector-,
16 entonces, los que estén en Judea, que huyan a los montes;
17 quien esté en la azotea, que no baje a coger nada de casa;
18 quien esté en el campo, que no vuelva por el manto.
                          19 ¡Pobres las que estén encinta o criando en aquellos días!
20 Pedid que vuestra huida no caiga en invierno o en día de precepto,
21 porque habrá entonces una angustia tan grande como no la ha habido desde el principio de la humanidad ni la habrá nunca más.
22 Si no se hubiesen acortado aquellos días, no se salvaría ningún mortal, pero por los elegidos se acortarán aquellos días.
                          23 Entonces, si alguien os dice: "Mira, aquí está el Mesías" o "Míralo allí", no lo creáis;
24 porque surgirán mesías falsos y profetas falsos y ofrecerán señales y prodigios, que engañarían, si fuera posible, también a los elegidos.
25 Mirad que os he prevenido.
                          26 Por tanto, si os dijeren: "Mira, que está en el desierto", no vayáis; "Mira, que está en el sótano", no os lo creáis.
27 Porque, igual que el relámpago sale del levante y brilla hasta el poniente, así ocurrirá con la llegada del Hombre.
28 Allí donde esté el cadáver, se reunirán los buitres.

EL PROCESO LIBERADOR EN LA HISTORIA.

                           29 Inmediatamente después de la angustia de aquellos días, el sol se hará tinieblas, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo, las potencias del cielo vacilarán.
                           30 Entonces brillará en el cielo la señal del Hombre, y todas las razas de la tierra se golpearán el pecho al ver llegar al Hombre sobre las nubes, con gran potencia y gloria.
31 Y enviará a sus ángeles con trompetas sonoras, y reunirán a sus elegidos de los cuatro vientos, de un confín a otro del cielo.

LA RUINA DE JERUSALÉN: SU MOMENTO.

                            32 De la higuera, aprended el sentido de la parábola: cuando ya sus ramas se ponen tiernas y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.
33 Así también vosotros: cuando veáis todas esas cosas, sabed que está cerca, a las puertas.
                            34 Os aseguro que no pasará esta generación antes que todo eso se cumpla.
35 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

CONFIANZA EN EL PADRE. VIGILANCIA.

                             36  En cambio, en lo referente al día aquel o el momento, nadie entiende, ni siquiera los ángeles del cielo ni el Hijo, sólo y únicamente el Padre.
                             37 Ahora bien, lo que pasó en tiempos de Noé pasará en la llegada del Hombre;
38 es decir, lo mismo que en los días antes del diluvio la gente comía, bebía y se casaba, hasta el día en que Noé entró en el arca
39 y, estando ellos desprevenidos, llegó el diluvio y se los llevó a todos, así sucederá también en la llegada del Hombre.
40 Entonces, dos hombres estarán en el campo: a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán;
41 dos mujeres estarán moliendo: a una se la llevarán y a otra la dejarán.
42 Por tanto, manteneos despiertos, pues no sabéis qué día va a llegar vuestro Señor.
                             43 Ya comprendéis que si el dueño de casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, se quedaría en vela y no lo dejaría abrir un boquete en su casa.
44 Pues estad también vosotros preparados, que cuando menos lo penséis llegará el Hombre.

EXPLICACIÓN.

1 - 44. Salida definitiva del templo. Los edificios del templo, orgullo de Israel (1s). Respuesta de Jesús: predicción de ruina total (1-2). Ninguna reacción de asombro o dolor por parte de los discípulos, sólo preguntan cuándo ha de suceder. Para ellos, esa ruina anunciaría la restauración de Israel (Dn 9,24-27); la salvación del pueblo y el reino mesiánico coincidirían con el momento del desastre. Preguntan por la fecha y por la señal extraordinaria que anunciará la intervención divina. Tu venida, para inaugurar el reino mesiánico; el fin de esta edad, en boca de los discípulos, el paso de la opresión de Israel al reino mesiánico triunfal (cf. 28,20) (3). Deshace Jesús el equívoco latente en la pregunta: la ruina del templo no significa la llegada de ese Reino. Impostores (4s). Las guerras y desastres no anuncian el fin; son el principio de los dolores que desembocarán en el nacimiento de la humanidad nueva (6-8).
           
           Aclarado este punto, exposición de las persecuciones que seguirán a la predicación del mensaje en el mundo entero (9-12). Constancia (13). El Reino final (el fin) ha de incluir a los paganos (14).

           Responde a la pregunta acerca de la señal. No habrá señal milagrosa, sino desastre histórico: la invasión de Palestina por un ejército extranjero (el execrable devastador (15); Dn 9,27; 11,31; 12,11). No hay posibilidad de resistencia; urgencia de la huida (16-18). Lamentación: magnitud del desastre (19-21). Dios es fiel, conoce a los que han sido fieles a la alianza (los elegidos, el resto de Israel) y los salvará del desastre (22). Nuevo aviso: no habrá salvación milagrosa en el último momento (cf. Jr. 28,1-17; 21,1-7) (23-25), ni verdadero Mesías como rebelde que reúne fuerzas (desierto), ni como clandestino (sótano) (26). Su llegada (cambio de "Mesías" por el Hombre) será manifiesta al cumplirse la destrucción de Jerusalén (27-28).

            Acontecimientos de la época histórica que sigue a la destrucción de Jerusalén (29-31). Conmoción cósmica: figura profética para la caída de un imperio o reino enemigo de Dios (Is 13,10; 34,4; Ez 37,7-8; Jl 3,3; 4,15). Después de Jerusalén, caerán otros regímenes opresores. Sol, luna, divinidades paganas (Dt 4,19); estrellas, potencias, regímenes paganos; la caída de Jerusalén ha sido el principio de los dolores (v.8). Acción del Hombre en la historia: ir derribando a los poderes enemigos del hombre. Cada caída de un régimen opresor es una "llegada" del Hombre, que en él manifiesta su gloria y fuerza. La enseñanza del Hombre (cf. Is 11,12) (30) convocará al Israel mesiánico universal; los perseguidores (cf. Zac 12,10.14) reconocerán el triunfo del Hombre. "Trompeta" para consagrar a los suyos (Is 27,13) de los cuatro vientos (Zac 8,7-8; Dt 30,4). La llegada del Hombre no indica el fin del mundo: es sólo para reunir a los suyos (sus elegidos) que han dado la vida en la persecución suscitada por la proclamación de la buena noticia (v.13).

             Cuestión de la fecha (32-35, cf. v.3). La parábola es la de la viña (21,43; "se os quitará a vosotros el reino de Dios y se dará a un pueblo que produzca sus frutos"). Señal de la inminencia: destrucción (v.15) y esperanza: está a las puertas el momento en que el reinado de Dios se transfiera a otro pueblo (21,43); entrada de los paganos, dentro de la misma generación (cf. 16,28). Inauguración del reinado del Hombre, que se extenderá hasta el fin de la historia (13,41) y dejará paso al reinado del Padre (13,44; 34-35).

             Aquel día (36), el de la reunión con el Hombre en el reino definitivo (v.31); aquella hora, la de la persecución (v.9). La ayuda a los discípulos y su reivindicación están en manos del Padre (cf. 22,44, la reivindicación del Mesías).

              Explica "la llegada" (v.30) (37-41): inesperada para la sociedad como un todo, que sólo piensa en asegurar la continuidad de la vida (comer y beber, casarse) (37-41). Para los discípulos, vigilancia (42-44): Mantenerse despierto indica solidaridad e identificación con la muerte de Jesús (cf. 26,38.40.41): siempre preparados (44) para la hora de la persecución, dispuestos a dar la vida (cf. v.13),

LAMENTO POR JERUSALÉN. Mt 23,37-39.

                       37 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los que se te envían! ¡Cuántas veces he querido reunir a tus hijos como la clueca reúne a sus pollitos bajo las alas, pero no habéis querido!
38 Pues mirad, vuestra casa se os quedará desierta (Jr 7,14), y
39 os digo que ya no volveréis a verme hasta que exclaméis: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! (Sal 118,26).

EXPLICACIÓN.

37 - 39.         La ciudad santa se ha convertido en asesina (cf. Is 1,21-23). Imagen del ave que protege a sus polluelos (Dt 32,10s; Is 31,5; Sal 36,8).

                     El amor de Jesús por Israel ha fracasado ante la mala voluntad (37). Predicción de la ruina (cf. Jr 22,5; 12,7; 1 Re 9,7ss). Vuestra casa, la ciudad y la nación misma. Su encuentro con Israel en el futuro, condicionado a la conversión (38-39).

DESENMASCARA A LETRADOS Y FARISEOS. Mt 23, 1-36.

23        1 Entonces Jesús, dirigiéndose a las multitudes y a sus discípulos,
2 declaró:
                        - En la cátedra de Moisés han tomado asiento los letrados y los fariseos.
3 Por tanto, todo lo que os digan, hacedlo y cumplidlo..., pero no imitéis sus obras, porque ellos dicen, pero no hacen.
                         4 Lían fardos pesados y los cargan en las espaldas de los hombres, mientras ellos no quieren empujarlos ni con un dedo.
                         5 Todo lo hacen para llamar la atención de la gente: se ponen distintivos ostentosos y borlas grandes en el manto:
6 les encantan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas,
7 que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame "Rabbí".
                         8 Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar ·Rabbí", pues vuestro maestro es uno solo y vosotros todos sois hermanos;
9 y no os llamaréis "padre" unos a otros en la tierra, pues vuestro Padre es uno solo, el del cielo;
10 tampoco dejaréis que os llamen "directores", porque vuestro director es uno solo, el Mesías.
11 El más grande de vosotros será servidor vuestro.
12 A quien se encumbra, lo abajarán, y a quien se abaja, lo encumbrarán.
                         13 ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que les cerráis a los hombres el reino de Dios! Porque vosotros no entráis, y a los que están entrando tampoco los dejáis.
                        
                         15 ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que recorréis mar y tierra para ganar un prosélito y, cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que vosotros!
                         16 ¡Ay de vosotros, guías de ciegos, que enseñáis: "Jurar por el santuario no es nada, pero jurar por el oro del santuario obliga"!
17 ¡Necios y ciegos! ¿Qué es más: el oro o el santuario que consagra el oro?
18 O también: "Jurar por el altar no es nada, pero jurar por la ofrenda que está en el altar obliga".
19 ¡Ciegos! ¿Qué es más: la ofrenda o el altar, que hace sagrada la ofrenda?
20 Quien jura por el altar, jura al mismo tiempo por todo lo que está encima;
21 y quien jura por el santuario, jura al mismo tiempo por el que habita en él:
22 y quien jura por el cielo, jura por el trono de Dios y por el que está sentado en él.
                          23 ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, del anís y del comino y descuidáis lo más grave de la Ley: la justicia, el buen corazón y la lealtad. ¡Esto había que practicar!, y aquello..., no dejarlo.
24 ¡Guías ciegos, que filtráis el mosquito y os tragáis el camello!
                          25 ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que limpiáis por fuera la copa y el plato, mientras dentro rebosa de robo y desenfreno!
26 ¡Fariseo ciego! Limpia primero la copa por dentro, que así quedará limpia también por fuera.
                          27 ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que os parecéis a los sepulcros encalados! Por fuera tienen buena apariencia, pero por dentro están llenos de huesos de muerto y podredumbre;
28 lo mismo vosotros: por fuera aparentáis ser hombres justos, pero por dentro estáis repletos de hipocresía y de iniquidad.
                         29 ¡Ay de vosotros, letrados y fariseos hipócritas, que edificáis sepulcros a los profetas y ornamentáis los mausuleos de los justos,
30 diciendo: "Si hubiéramos vivido en tiempo de nuestros padres no habríamos sido cómplices suyos en el asesinato de los profetas"!
31 Con esto atestiguáis, en contra vuestra, que sois hijos de los que asesinaron a los profetas. 32¡Pues colmad vosotros la medida de vuestros padres!
33 ¡Culebras, camada de víboras!, ¿cómo evitaréis la condena al fuego?
                         34 Mirad, para eso os voy a enviar yo profetas, sabios y letrados: a unos los mataréis y crucificaréis, a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad;
35 así recaerá sobre vosotros toda la sangre inocente derramada sobre la tierra; desde la sangre de Abel el justo hasta la sangre de Zacarías, hijo de Baraquías, al que matasteis entre el santuario y el altar.
36 Os aseguro que todo eso va a recaer sobre esta generación.

EXPLICACIÓN.

1 - 36.            Mt quiere desengañar a los que piensan que la doctrina de letrados y fariseos es compatible con el cristianismo. En primer lugar denuncia la opresión que letrados y fariseos ejercen sobre el pueblo y su ansia de prestigio y poder (1-12). Los siete "ayes" (13-31) ponen en evidencia la hipocresía de ellos al proponer su doctrina. Sigue una breve invectiva (32s) y termina con una amenaza profética (34-36). Empieza dirigiéndose a la gente y a sus discípulos (1), para abrirles los ojos. Según Dt 18,15.18, habían de ser los profetas los sucesores de Moisés; su puesto lo han tomado los doctores y los observantes de la Ley (2): en vez de la voz de Dios, un código legal. Frase irónica (3): el segundo miembro neutraliza el primero, pues nadie hace caso de hipócritas. De hecho, Jesús ataca la doctrina misma de los letrados y fariseos (15,69.14; 16,12; 17,10-12; 23,13.15.16-22). Fardos pesados, cf. 11,30: carga insoportable sin prestar ayuda alguna. No buscan el bien del hombre, sino dominar con la doctrina (4). Exhibicionismo de letrados y fariseos (5-7; cf. 6,1-18): se constituyen en casta privilegiada. Rabbí: "señor mío, monseñor". Insiste en la igualdad entre los discípulos (8): ningún rango o privilegio. Padre (9): título de los maestros, en cuanto transmisores de la tradición y modelos de conducta. Lo mismo que Jesús no tiene padre humano, tampoco los suyos han de reconocerlo en el sentido dicho. Único modelo, el Padre del cielo (5,48). Director o guía espiritual (10): sólo a Jesús hay que seguir. La verdadera grandeza (11). Dios juzga las actitudes humanas (12).

                       Los siete "ayes" (13 - 33). Letrados y fariseos pretenden ser fieles a Dios por practicar observancias mínimas, mientras son infieles en lo principal. Usan de su autoridad para impedir que el pueblo acepte el mensaje (13). Algunos mss. añaden el v.14, tomado de Mc 12,40: "Esos que se comen los bienes de las viudas con pretexto de largos rezos. Esos tales recibirán una sentencia severísima". No llevan a los prosélitos al conocimiento de Dios, los hacen fanáticos del legalismo (15). Guías ciegos (cf. 15,14), juramentos supersticiosos que no se refieren a Dios, sino a objetos (16-22). Denuncia su pretendida fidelidad (23-24): perversión religiosa total (tragarse el camello, etc.). No sólo omiten lo esencial, sino que su actitud es contraria a toda justicia (25s); bajo una apariencia respetable, corrupción (27-28). Canonizan a los profetas, siendo herederos de los que los asesinaron (29-32).

                       Invectiva (33), como antes la de Juan Bautista (3,7; cf. 12,34). Perseguirán a los discípulos de Jesús (34); nueva alusión a la destrucción de Jerusalén (35s).