viernes, 20 de mayo de 2011

LOS DOS ENDEMONIADOS. Mt 8,28-9,1

                   28 Llegó él a otra orilla, a la región de los gadarenos. Desde el cementerio dos endemoniados salieron a su encuentro; eran tan peligrosos que nadie se atrevía a transitar por aquel camino.
29 De pronto empezaron a gritar:
                  - ¿Qué tienes tú contra nosotros, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí antes de tiempo para someternos al suplicio?
                  30 Una gran piara de cerdos estaba hozando a distancia.
31 Los demonios le rogaron:
                 - Si nos echas, mándanos a la piara.
                 32 Jesús les dijo:
                 - Id.
                 Salieron y se fueron a los cerdos. De pronto la piara entera se precipitó al mar, acantilado abajo, y murió ahogada en el agua.
33 Los porquerizos salieron huyendo, llegaron a la ciudad y lo contaron todo, incluyendo lo de los endemoniados.
34 Entonces la ciudad entera salió adonde estaba Jesús y, al verlo, le rogaron que abandonase su territorio.


          1 Subió a una barca, cruzó a la otra orilla y llegó a su propia ciudad.

EXPLICACIÓN.

8,28 - 9,1.   Los endemoniados viven en el cementerio, como muertos en vida. Representan una clase marginada en condición inhumana y en rebelión respecto a la sociedad. Se resisten a la acción de Jesús (29). Los demonios, el espíritu de violencia; no quieren ser liberados, sino continuar en su rebeldía. Los cerdos (30), animales impuros como los demonios. Piara numerosa, capital considerable. El cerdo, símbolo del poder pagano opresor (cf. Sal 80,14), poder político, poseedor de la riqueza (piara numerosa). La violencia de los oprimidos procede de la del sistema opresor (van a los cerdos). Los habitantes se oponen también a la actividad de Jesús (34). Resistencia del paganismo, expresada antes en la tempestad (8,24).

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